Más de setecientas mil personas en España sufren Alzheimer
21 de septiembre de 2023 2023-09-21 8:19Más de setecientas mil personas en España sufren Alzheimer
Más de setecientas mil personas en España sufren Alzheimer
El Alzheimer o enfermedad del olvido es la causa del 75% de las demencias. En el Día Mundial del Alzheimer se trata de concienciar sobre esta enfermedad, que afecta no solo a los pacientes sino también a los cuidadores directos y familiares.
De acuerdo con los estudios realizados en España, la prevalencia de esta enfermedad ronda el 0,05% entre las personas de 40 a 65 años; 1,07% entre los 65-69 años; 3,4% en los 70-74 años; 6,9% en los 75-79 años; 12,1% en los 80-84; 20,1 en los 85-89; y 39,2% entre los mayores de 90 años. Unas 800.000 personas padecen la enfermedad de Alzheimer en España, según estimaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN). En 2050 el número de enfermos se habrá duplicado y se acercará a los dos millones de personas.
El Dr. Javier López del Val, neurólogo de la Clínica HLA Montpellier, explica los factores de riesgo de esta enfermedad y cómo prevenir o retrasar su aparición.
P: ¿Qué es el Alzheimer y cuáles son los primeros síntomas?
Dr. López del Val: Es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta por un deterioro progresivo de la memoria con otro tipo de trastornos acompañantes como dificultad en el lenguaje y dificultad en la manipulación en las funciones ejecutivas, lo que condiciona una gran interferencia en las actividades de la vida diaria de la persona y siempre de forma progresiva y evolutiva.
Afecta a un 2 % de las personas mayores de 65 a 70 años, entre el 20 y el 30 % de los mayores de 85 años y es la principal causa de dependencia y por supuesto de consumo de recursos sanitarios. En Zaragoza la prevalencia en sujetos mayores de 65 años es del 6% y en nuestro país constituye el 80% de las demencias. El Alzheimer representa la cuarta causa de muerte en países industrializados, la incidencia es exponencial con la edad y predomina en el sexo femenino.
En cuanto a los criterios DSM-IV para el diagnóstico de demencia destacan el deterioro de la memoria y alguna de las siguientes alteraciones: afasia, apraxia, agnosia, deficiencia en funciones ejecutivas, etc. Las alteraciones previas tienen una intensidad suficiente como para repercutir en el desarrollo de las actividades ocupacionales y/o sociales, representan un deterioro con respecto a la capacidad previa en esas funciones y no aparecen exclusivamente durante un síndrome confusional agudo.
Los diez signos de alarma que nos hacen pensar en la enfermedad de Alzheimer son: pérdida de memoria que afecta a la capacidad laboral, dificultad para llevar a cabo tareas familiares, problemas con el lenguaje, desorientación en tiempo y lugar, juicio pobre o disminuido, problemas con el pensamiento abstracto, cosas colocadas en lugares erróneos, cambios en el humor o en el comportamiento, cambios en la personalidad y pérdida de iniciativa.
P: Además de la predisposición genética, ¿cuáles son los principales factores de riesgo para desarrollar Alzheimer?
Dr. López del Val: En primer lugar, debemos explicar cuáles son los mecanismos por los que se desarrolla la enfermedad. En el cerebro del paciente se produce una hiperfosforilización (rápido metabolismo) de una proteína llamada TAU, que contribuye a la muerte neuronal con su liberación acumulándose en el líquido cefalorraquídeo (LCR). Este acumulo TAU contribuye a la formación de unas placas denominadas “amiloides” y a una disminución de la proteína Beta-amiloide (AB42) también en el LCR. Cuanto más disminuye la AB42 y más aumenta la TAU en el paciente, más deterioro cognitivo se producirá.
Los estudios de Kaj-Blennow en Suecia (1995) y de Schenk en Atenas (1995) nos indicaban que analizando el LCR podría encontrarse una disminución de la AB42 y un incremento de la TAU-T y TAU-B, considerándolos como biomarcadores de la enfermedad.
Existe una serie de factores de riesgo que aumentan las posibilidades de desarrollar una demencia, como: factores vasculares (hipertensión, arteriosclerosis, ictus, lesiones en la sustancia blanca cerebral, etc.), edad (va produciendo un estrés oxidativo y daño en las mitocondrias neuronales), factores genéticos, depresión (que se acompaña de una disminución de los niveles de dopamina y serotonina), otras alteraciones metabólicas (diabetes, etc.) y la propia apoptosis (muerte celular) por atrofia cerebral.
P: ¿Sólo existe un tipo de pérdida de memoria?
Dr. López del Val: Por supuesto que no. Hay varios y es obligación del neurólogo llegar a diferenciarlos: el olvido benigno de la vejez, el trastorno de la memoria asociado a la edad, el deterioro cognitivo leve, el deterioro cognitivo primario (Tipo: E.A, frontotemporal, difásico…), el deterioro cognitivo secundario (Tipo: Vascular, traumático, tumoral…) o el deterioro cognitivo mixto, entendiendo por deterioro cognitivo demencia degenerativa.
P: ¿Cómo se diagnostica esta enfermedad? ¿Cuáles son los aspectos evaluados por el médico y qué pruebas se realizan?
Dr. López del Val: Ante las simples quejas de memoria, se recomienda hacer un screening con la historia clínica, los antecedentes cognitivos (escolaridad, actividades de la vida diaria, etc.), un test cribado (mini-mental test, foto-test, eurotest, T@M, test del reloj, FVS, etc.), protocolo estudio deterioro cognitivo (hemograma, velocidad de sedimentación globular), bioquímica (perfil glucémico, hepático, renal, lipídico, iones, TSH, Vit B12, ácido fólico), LUES (sólo si hay factores de riesgo), electroencefalograma, neuroimagen (TAC, RNM) y estudio LCR.
Los criterios clínicos internacionales para el diagnóstico de la demencia se basan en el examen clínico documentado con el mini-mental test, la escala de demencia de Blessed, pero para llegar al diagnóstico debe haber deficiencias en dos o más áreas cognitivas con un empeoramiento progresivo de la memoria y de esas otras funciones cognitivas, sin alteración del nivel de conciencia y con ausencia de otras alteraciones o enfermedades cerebrales que puedan producir un deterioro cognitivo. De acuerdo con estos criterios la enfermedad se puede clasificar en demencia probable, demencia posible o demencia definitiva que requiere la realización de una biopsia cerebral.
P: ¿Se puede detectar precozmente esta enfermedad con un análisis sanguíneo?
Dr. López del Val: Por el momento no se realizan análisis de sangre que puedan darnos el diagnóstico. En primer lugar, se precisa que el paciente tenga síntomas clínicos de enfermedad de Alzheimer y no tenga otros factores de riesgo de demencia asociados. Cuando estos criterios se cumplen, el estudio de AB y TAU en LCR se hace habitualmente.
Un estudio reciente mostró que una forma de análisis de sangre de tau fosforilada puede detectar las etapas más tempranas de la enfermedad de Alzheimer, incluso antes de que se detectara el deterioro cognitivo mediante un estudio de TAC o RMN cerebral o una exploración PET (tomografía por emisión de positrones o gammagrafía).
P: ¿Existe tratamiento para el Alzheimer?
Dr. López del Val: Se basaría en buscar un tratamiento que mejorará los síntomas o que mejore la neuro transmisión entre las neuronas sanas, intentando retrasar la evolución de la enfermedad. El tratamiento debe llevar un doble camino: terapia ocupacional y trabajo de memoria junto al tratamiento sintomático, así como evitar la progresión de cualquier tipo de deterioro y evitar o reducir los factores de riesgo.
Aunque no existe tratamiento que revierte la enfermedad hay que tratar simultáneamente los síntomas asociados a la demencia, realizar terapia cognitiva y cuidados generales
En cuanto al tratamiento de los síntomas conductuales y psicológicos, muchas veces se requiere ingreso e institucionalización y entre ellos destacamos los delirios, las falsas identificaciones, las alucinaciones, la depresión, las manías, la ansiedad, el insomnio y en el 90 % de los casos cambios en la personalidad, en el 50 % alteraciones en el comportamiento y entre el 20 y el 30 % agresividad. Este aspecto requiere asociar en el paciente neurolépticos, típicos o atípicos, antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos, etc.
Para una intervención integral se recomienda abordar todos los aspectos de la persona, tener en cuenta el momento evolutivo de la enfermedad, que se ha de basar siempre en las capacidades y habilidades preservadas. Es necesario incluir a la familia en el proceso terapéutico y se ha de trabajar en grupos homogéneos en cuanto a grado de afectación e intereses y edad similar, con técnicas con mayor carga cognitiva y trabajo del insight en las etapas iniciales, evolucionando a técnicas con más potenciación de la interrelación social, la emotividad positiva y estimulación sensorial en las etapas más avanzadas.
Para el cuidador se recomienda habilitar la casa, asociaciones y centros de apoyo, ley de dependencia, dispositivos localizadores e incluso asistencia psicológica.
P: ¿Podemos hacer algo a nivel individual para prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad?
Dr. López del Val: Se debe evitar la hipertensión arterial, el hipercolesterolemia, la diabetes Mellitus, la hiperhomocistinemia, la depresión, el tabaquismo, la dieta alta en grasa y pobre en omega 3, los traumatismos craneoencefálicos graves y la exposición a toxinas.
Contribuyen a retrasar su aparición el consumo de café, la actividad física e intelectual, el nivel de escolarización, el nivel socioeconómico, el consumo de AINE, la vacunación reglamentaria o la terapia hormonal postmenopausia. Y siempre mejorar la salud materno-infantil (pre y perinatal), la educación formal e informal (escuela, familia y sociedad) y la dieta.
P: ¿Cómo se presenta el futuro del Alzheimer?
Dr. López del Val: Creo que, a pesar de la lenta progresión de los avances terapéuticos, el futuro hay que mirarlo con optimismo. El asunto será luchar contra la proteína anómala. Si se puede fabricar una vacuna anti-amiloide o una inmunización con inmunoglobulinas. La inmunización activa con la vacuna anti-amiloide ha tenido diferentes intentos fallidos, esperemos que en un momento determinado se consiga la inmunización pasiva.