El Día Mundial contra el Cáncer de Colon se conmemora el 31 de marzo y tiene como objetivo sensibilizar a toda la población sobre las necesidades que tienen todos los pacientes que son diagnosticados con esta enfermedad, así como buscar salidas para una detección temprana que permita salvar vidas y prevenir el diagnóstico a través de hábitos de vida más saludables.

Con motivo de esta fecha hablamos con el Dr. Javier Fuentes, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo en HLA Montpellier, sobre sobre los síntomas, factores de riesgo y prevención en este tipo de cáncer.

P: Doctor, ¿qué es el cáncer de colon?

Dr. Fuentes: Es uno de los cánceres más frecuentes. En cuanto a casos anuales, ocupa el tercer lugar a nivel mundial. En nuestro país es el cáncer con mayor incidencia, solo superado por el de mama. Son tumores del recto o del intestino grueso que afectan por igual a hombres y mujeres y que aparecen sobre todo a partir de los 50 años.

P: ¿Cuáles son los síntomas que nos pueden hacer sospechar de la presencia de esta enfermedad?

Dr. Fuentes: En primer lugar, debemos tener en cuenta que el cáncer de colon se desarrolla según una secuencia bastante conocida en la que, en la mayoría de los casos (pero no en todos) la lesión inicial son los pólipos, que no producen ningún síntoma. Con el paso del tiempo y con el crecimiento de estas lesiones aparecerá el cáncer y, por tanto, los síntomas. Básicamente, estos son el sangrado con la deposición (rectorragia), característico de los tumores de recto, el cambio en las características de la deposición o la aparición de anemia, debido a pequeños sangrados imperceptibles que conllevan una pérdida continua de sangre; esto ocurre más frecuentemente en los tumores del colon derecho.

P: Se insiste mucho en la prevención del cáncer de colon. ¿Cómo se realiza?

Dr. Fuentes: Una vez conocidas la secuencia de desarrollo del cáncer a partir de los pólipos y la franja de edad en la que aparece el cáncer se pueden establecer estrategias de cribado para el diagnóstico precoz, ya sea de los pólipos o del cáncer en fases tempranas y, por tanto, curable. Se basan en dos pruebas: sangre oculta en heces y colonoscopia. La detección de sangre oculta es un análisis de una muestra de heces y es una prueba muy sensible que detecta pequeñas cantidades de sangre producidas a partir de los pólipos o del cáncer. Seguramente, en un futuro, se sustituirá por otras pruebas, ya sea en heces o en sangre.

P: ¿Qué aspectos debe tener en cuenta el paciente que va a enfrentarse a una colonoscopia?

Dr. Fuentes: En primer lugar, el paciente ha de saber que es una prueba que se realiza con sedación, por lo que no va a tener ningún dolor y los riesgos son pequeños, sobre todo si no se hace ninguna terapéutica. De cara a la rentabilidad diagnóstica de la prueba es muy importante hacer una preparación adecuada, siguiendo las recomendaciones de dieta y de limpieza indicadas por el especialista. Un colon limpio es fundamental para poder detectar lesiones en las fases iniciales de desarrollo.

P: En los últimos años se ha incrementado la incidencia de cáncer de colon. ¿A qué se debe este fenómeno?

Dr. Fuentes: Por una parte, están los factores de riesgo de desarrollo de cáncer y en particular del cáncer de colon, como son la edad, el consumo de tabaco, alcohol, dieta rica en grasas saturadas o el sedentarismo, sin olvidar que algunas enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal no bien controlada puede predisponer al cáncer de colon. También hay que considerar siempre los antecedentes familiares. Por otra parte, los programas de detección han tenido como consecuencia inicial el diagnóstico de muchos casos de cáncer en fases tempranas, que, de otro modo, no se habrían diagnosticado precozmente y que, por tanto, son curables. Ahora bien, es de esperar que con los programas de prevención haya un descenso de la incidencia en los próximos años.

P: A pesar de tratarse de uno de los tipos de cáncer con mayor índice de mortalidad, la detección precoz del cáncer colorrectal favorece un buen pronóstico de la enfermedad. ¿Cuáles son los mejores hábitos de vida y el tipo de alimentación más adecuada para prevenirlo?

Dr. Fuentes: En relación con lo anterior, la edad y los antecedentes no los podemos modificar, pero sí que podemos hacer mucho en cuanto a otros aspectos. No fumar, un consumo muy moderado o nulo de alcohol, la dieta mediterránea, evitar el consumo de productos procesados, grasas saturadas, así como una mayor ingesta de fibra, serían las recomendaciones básicas.

P: Recientes estudios epidemiológicos han demostrado que la práctica continua de deporte previene entre un 30 y un 50 por ciento la aparición de tumores cancerígenos. ¿Por qué es tan importante evitar el sedentarismo en los pacientes oncológicos?

Dr. Fuentes: Aquí nos encontramos ante dos aspectos. Por un lado, el ejercicio físico regular, no necesariamente de gran intensidad, es un elemento crucial para evitar obesidad y además suele acompañarse de una dieta “saludable”, por lo que se incide en los factores de riesgo más relevantes no solo del cáncer de colon, sino del cáncer en general. El otro aspecto es el de la persona que ya tiene un cáncer. En este caso un buen estado físico con una adecuada nutrición, que realice una actividad física acorde con su estado actual y con buena reserva funcional muscular facilitan la tolerancia de los tratamientos oncológicos, desde la cirugía hasta la quimioterapia y la radioterapia.

P: La investigación y los estudios continuos están cercando cada vez más a esta enfermedad. ¿Cuáles son las innovaciones más destacadas de los últimos años en el tratamiento y prevención del cáncer colorrectal?

Dr. Fuentes: Los aspectos preventivos básicos se centrarían en un estilo de vida saludable y la implantación de programas de cribado adecuados. En el tratamiento, el enfoque multidisciplinar de la enfermedad con la participación de diferentes especialistas (Digestivo, Cirugía, Oncología, Radiología, Anatomía Patológica, Nutrición, etc.) asegurarán el mejor de los cuidados del paciente. En el campo de la Oncología, la inmunoterapia y los tratamientos personalizados son una realidad y se espera una gran evolución en los próximos años.